lunes, 2 de marzo de 2015

Soy la chica "overcontrol".


A veces los planeamos todo sin querer recordar que lo bueno de la vida es lo que pasa sin ninguna razón, aquello que sucede cuando menos te lo esperas, aquello que surge sin más. Nos da tanto miedo no tener el control que planificamos hasta el más mínimo detalle, esperando que así todo sea perfecto. Pero lo que no sabemos es que la perfección es un mito, una leyenda, una meta que nadie alcanza. Lo que no sabemos es que la única perfección que existe está en las pequeñas cosas, en esos momentos estúpidos que te hacen reír tan solo recordarlos. La perfección está en la risa también, en esa carcajada que no puedes evitar, en esa lágrima que sale cuando no puedes respirar pero eres incapaz de parar de reír... La perfección es subjetiva, si es que la hay. Y para mi, perfección ya no será jamás aquello que se planea para que salga a pedir de boca. Jamás volveré a pensar que tenerlo todo bajo control es una opción, porque no lo es. 
Lo cierto es que me da miedo no poder mantener bajo control todo lo que me rodea, pero hoy me he dado cuenta de que todo aquello que he planeado ha salido mal, mal porque fue planeado como algo que debía ser insuperable. Y en cambio... esos días en que sin más pensé en hacer algo y lo hice.. esos fueron siempre los mejores que me han pasado. 
He convertido días que debían ser grandes para siempre, en días que tendrán que pasar desapercibidos, porque de otra forma no sé como voy a llevarlo. "Quédate con lo bueno" dicen, pero está claro que es una frase recurrente, como cuando rompes con alguien y todos te dicen lo mismo... que hay más peces en el mar, que pierde él más que tú...clásicos, tópicos. Pero, ¿quién sabe exactamente que viene justo después? Nadie. ¿Alguien sabe que debo hacer justo después de perder el control? Porque inspirar y expirar profundamente ya no basta. No es suficiente para calmar la sensación de que la necesidad de dominar cada minuto me ha superado. 
Fallé en lo que mejor se me da, ¿y ahora qué? Si, "a lo hecho, pecho", no me olvido. Aun así, no estoy segura de poder recomponerme del todo, porque me he dado cuenta de que mi empeño por hacer de cada instante lo mejor posible, ha sido sin duda mi error, mi limitación, mi ruina. Supongo que es ya tarde para algunas cosas, porque no se puede recuperar el tiempo pasado, no se pueden rehacer las cosas de otra manera. En la vida no hay opción de "previsualizar antes de" o "deshacer","editar" y "guardar cambios". Arriesgué, y no gané, aun que tampoco quiero decir que he perdido. Simplemente no salió como esperaba. Lección de vida: Nunca tengas expectativas. ¿Aprendida? Lo dudo, ya todos sabemos lo mucho que me gusta tropezarme y caer, una y otra vez. 
Debo decir que tampoco me arrepiento, solo no estoy tan contenta con los resultados como me gustaría. Pero lamentarme no es la solución, no va a llevarme a ninguna parte, no va a proporcionarme nada nuevo. Me corroe la rabia supongo, y no es mentira que me habría gustado "rectificar" algunas cosas. Pero todo lo que me queda, todo lo que puedo hacer es seguir adelante con lo vivido, aceptar que he fallado (otra vez) y darme cuenta de que aun me quedan muchas caídas por sufrir. Lo bueno y lo malo de la vida, a menudo van más unidos de lo que creemos. Así que si por cada vez que me equivoque, algo bueno va a venir... aquí estoy, de pie, preparada para sumar otra cicatriz a las que ya tengo, para no rendirme y para no dejar de intentarlo aun que a veces quiera darme por vencida. Rendirse cuesta menos, sí, pero al final pagas un precio más alto por ello. 
Algo que todos tenemos claro es que vamos cambiando a lo largo de los años, y si miramos atrás muchas veces pensamos en lo diferentes que somos ahora. Solemos decir que maduramos con los daños y no con los años, y es cierto, pero a más años, más daños. Años y daños, a parte de rimar, están muy reñidos. Todas las cosas que hace unos años nos parecían el fin del mundo, hoy son solo recuerdos, tonterías de aquella época, pero esas eran las desgracias que nos correspondían. A cada edad, pertenecen fracasos diferentes, pero siempre que miremos atrás veremos que a día de hoy de eso solo quedan cenizas, que aun que puede que aun estén calientes y duela, quedaron atrás. Eso es lo que debemos pensar, supongo: El fuego de hoy serán las cenizas de un mañana. 
No me queda mucho más por decir, supongo que he gastado mis palabras por hoy. Parece que todo se asienta, no sé por cuanto tiempo, ni por cuánto tiempo podré soportar no premeditarlo todo, pero la vida son cambios, pequeños pasos. Hoy toca demostrarme a mi misma que puedo aprender hasta de los "errores" que he hecho con más ganas, de esos "errores" que jamás quise llamar así: errores. Hoy toca, sin más, empezar el cambio y no dejarlo para mañana. Si lo dejas pasar, se acaban olvidando las razones que te llevaron hasta eso. No voy a prometer nada, porque una vez dije que lo mejor es cumplir sin más. Hoy puedo y voy a demostrarme a mi, a aquellos que ya no creen en mi y al mundo, que si quiero puedo, que querer sí es poder si lo intentamos lo suficiente, que esto es solo un paso entre un millón, que mañana es otro día, pero hoy es mi día para volver a empezar, coger el toro por lo cuernos, dejar de ser la chica que todo lo perdona y empezar a perdonarme a mi misma antes que a los demás.Hoy toca despedirse del sobrecontrol, de la obsesión por planear cada día, toca dejar que todo siga su curso sin forzarlo. ¿Quién le dice al agua de un río por donde debe ir? ¿Quién dice a una bandada de pájaros cual es su ruta a seguir? 
Ya decían Fito y los Fitipaldis que "Lo que me llevará al final serán mis pasos, no el camino". La vida no va de momentos finales, va de los momentos que nos llevaron hasta ellos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario