lunes, 26 de diciembre de 2016

Last Christmas I gave you my heart


Es curioso como acercándose estas fechas, con los años empiezas a notar ausencias y a conceder importancia a lo que realmente vale.
Llegó la Navidad y con ella el espíritu materialista y consumista. Sin embargo, este año yo no le he pedido nada a los Reyes Magos porque no necesito más que lo que tengo. Cuando quieres todo lo que tienes, tienes todo lo que quieres. Y en ese punto me encuentro.
No puedo pedir nada más, porque mi mayor regalo forma parte de mi día a día. No es nada material, sino la suerte de mi vida, la fuerza que me mueve hacia delante, la motivación de cada día...: mi 'soulmate'. No diré que es mi alma gemela, ni mi media naranja, ni mi príncipe azul. Es mi compañero de batallas, mi mejor apoyo, mi pilar fundamental, la persona con la que siempre puedo contar, con quién llorar o reír o ambas al mismo tiempo, con quien puedo ser yo sin miedo a ser juzgada, con quien me gustaría compartir cada día hasta el final de los finales.
Es tan bonito tener esta complicidad con alguien, que no se puede explicar. No se puede expresar con palabras el amor verdadero, ni la confianza mutua, ni el agradecimiento que debo. Me encantaría poder plasmar la nube en la que me encuentro, pero se me hace imposible. Es algo inefable, irracional si me apuras. Es química por descubrir. Juntos, somos química sin explorar, desconocida, a punto de explotar.
Sería egoísta pedir nada más, viendo que todo marcha sobre ruedas. Los favores que le debo a la casualidad de habérmelo cruzado son asuntos pendientes de por vida.
Me levanto cada día pensando que la suerte está conmigo y no me engaño. La suerte de mi vida es la persona que está justo a mi lado en cada amanecer, en cada pesadilla, en cada despertador de la rutina... Mi suerte es él y no me cabe duda alguna.
Ni palabras bonitas ni regalos caros, lo mejor en muchos años fue conocerte y me alegro de seguir a tu lado. En su momento no sabía por qué, pero la mejor apuesta a ciegas fue ir a todo o nada contigo. No tenía un as en la manga ni un plan B, pero hoy sé que jugué bien todas mis cartas. Y aunque a veces los errores se pagan caros, contigo descubrí que las palabras que salen de dentro valen más de lo que pensamos, que un lo siento si se siente se sabe y que nunca es tarde para pedir perdón, dar las gracias o decir 'te quiero'. Cuando las palabras expresan lo que realmente significan cumplen su misión, porque las palabras se las lleva el viento, pero si se siente lo que se dice, eso si que permanece.
Contigo aprendí sobre la vida y aprendí sobre vivirla. Me enseñaste que las rutinas son una parte, pero que hay más ahí fuera. Que hay más mundo por vivir del que pensamos y a menudo nos equivocamos al subestimar y sobrestimar las experiencias. Todas cuentan, pero a medida que avanzamos vemos la importancia de unas cosas y la trivialidad de otras. Contigo aprendí que cada día es una oportunidad para crecer, para conseguir algo más que estabilidad, para ir un paso más lejos... para cambiar los contras por pros y no estancarse, para darse cuenta de que tener al lado a una persona que te quiere es un motor inagotable, incansable si se cuida. Tenerte a ti a mi lado es como tener la fuente de la vida: me renuevas, me animas, me ayudas a seguir cuando ni yo quiero, y al final... haces que cada día te quiera un poco más, que cada día me vea mejor, que cada día sea una lucha por el futuro que quiero, haces que cada día cuente. Y no importa lo mal que vayan las cosas, ni los enfados tontos, porque si te veo sonreír siento algo único, situado entre la paz y el éxtasis, como una explosión de alegría que te eleva hasta rozar el cielo. Y es que cuando estoy contigo se me ilumina la mirada y se me pone la sonrisa tonta y vergonzosa, y da igual el tiempo que pasemos juntos, siempre quiero más, las mariposas nunca se van, el cosquilleo nunca cesa.
Nunca es suficiente cuando a cada momento hay tantas cosas recorríendote... cada segundo una sensación me invade, se entremezcla con el resto, y yo... mientras tanto siento que no quiero nada más que a ti, que la vida fue más que generosa al ponerte en mi camino y que voy a aprovechar cada vez que sonrías para alegrarme de haberte conocido.
Tú y yo somos fuego que se expande y no hay agua suficiente en el mundo que nos apague. Somos cielo y tierra chocando, mares y ríos encontrándose, somos fuerza. Somos la pasión del momento y de los años, el delirio momentáneo y la cordura duradera, el yin y el yang, el roce y la distancia,... somos y al final es lo que importa.
Valen la pena los años a tu lado, cada día es un regalo y por eso he dejado de escribirle cartas a los Reyes Magos. Al final no hay mejor droga que sentir y no sabes lo que engancha. 
Quererte y saber que me quieres es un colocón sentimental. No hay droga más dura que la química del amor, y por muy cursi que suene, pega fuerte. Digamos que es un vicio del que no quiero deshacerme.


Con amor y otras palabras, A.

domingo, 29 de mayo de 2016

La vida te puso en mi camino y yo decidí seguirlo a toda costa.


A veces creemos erróneamente que dar más significa recibir más a cambio. Sin embargo, sólo cuando encontramos a la persona adecuada por la que estamos dispuestos a darlo todo, es cuando más recibimos. Cuando estamos dispuestos a no quedarnos a medias, a no temer las consecuencias, a hacer "all in", a poner todas las cartas sobre la mesa, incluso ese as que guardamos en la manga. Cuando estamos dispuestos a arriesgarnos, a no quedarnos con el 'y si hubiera...' rondando en la cabeza, cuando vamos a todo o nada. Ahí - en ese preciso momento en que damos el paso hacia el vacío sin pensar que puede no ser más que otro paso en falso, cuando tomamos la decisión y no miramos atrás - sabemos que recibiremos más que nunca, porque la vida también devuelve y todas esas veces que nos agotamos para nada, cada vez que dimos sin recibir ni un 'gracias'.... eso la vida lo compensa tarde o temprano. También puede suceder que creamos que nos será devuelto de la misma manera que fue dado, pero volverá a nosotros como lección de vida, como un 'todavía no es el momento'... pero quizá la vida nos conceda esta vez un 'es tu hora', la oportunidad de lograr por nosotros mismos las recompensas a todo lo que un día dimos a otros sin dudarlo.
La vida, el destino, Dios, una fuerza a la que nadie puede decir que no, las casualidades, el karma.... aquello en lo que crees... Voy a quedarme con la primera opción y decir que la vida te puso en mi camino y yo decidí seguirlo a toda costa. Tomé otros caminos antes, caminos duros y caminos más fáciles, pero sea como fuera... He llegado hasta aquí, hasta ti. Decía Antonio Machado "Caminante no hay camino, se hace camino al andar" y Fito & Fitipaldis "Lo que me llevará al final serán mis pasos, no el camino". Y es verdad, no importa los obstáculos que encuentres si eres capaz de escalar las rocas más grandes, salir de los baches más hondos, saltar los muros más altos... persiguiendo las oportunidades, las casualidades, llámales como quieras, no importa; si eres capaz de olvidar tus miedos, de arriesgarte a caerte una vez más... Si tienes el valor de plantarle cara a la vida, entonces ya has ganado, ya has recibido más de lo que podías esperar: la lección más importante que puedes recibir es que lo imposible sólo tarda un poco más y depende de ti, de las ganas que le eches, de lo que te esfuerces, de las veces que te repitas a ti mismo ' puedo hacerlo', de las veces que te veas en el espejo y te digas 'yo puedo con lo que venga', de las veces que te reconozcas tus propios méritos. No hay regalo más grande que conseguir las cosas por ti mismo y quererte cada día un poco más. Después de eso, todo llega con el tiempo. Cuando aprendes a vivir contigo mismo, a perdonarte, a respetarte, a decir 'ya basta', a levantarte y comerte el mundo... ¿qué mas se puede querer?
Cuando lo damos todo, finalmente tenemos lo que queremos. Yo te quería a ti y ahora no hay vuelta atrás. Se han juntado los caminos, no se diferencian tus pasos de los míos.
Me basta con saber que arriesgué sin estar segura de lo que vendría después y hoy en día todas las cartas siguen en la misma mesa, dadas la vuelta, sin juego sucio ni trampa alguna. Me basta con saber que no hay quien pueda quitarme cada paso que dí. Me basta con saber que pase lo que pase ya no habrá nunca un 'y si hubiera...', ni un 'fui con la mitad y lo perdí todo'. No puedo decir más. Lo dí todo y recibí el doble. La vida me dijo que ya era hora de vivir sin miedos, que era mi momento, que aferrarme al pasado no serviría de nada, que los arrepentimientos no tenían cabida, que era hora de dejarlo ir; no quise negarme y me lo devolvió todo, día a día.
Supongo que esta vez si que puedo decir que la suerte estaba de mi lado y se quedó, porque mi suerte eres tú.

domingo, 31 de mayo de 2015

18J12P14B


No hay palabras que el viento se pueda llevar, ni promesas por cumplir que no se cumplirán. Sólo la esperanza de que las cosas pasen porque tengan que pasar. 

Por una vez, surgió, y no hubo que decir absolutamente nada al respecto. Con el tiempo fuimos siendo un poco más, y también un poco menos. Un poco más conocidos, un poco menos desconocidos. Un poco más de unas cosas, un poco menos de otras. Hasta llegar a donde estamos hoy. Sin cambiar nada, sin decir nada, sin judgar, sin prometer, sin nada más que las horas pasando cuando estamos juntos, avanzando poco a poco en el calendario, ganándonos sin regalos caros, ni palabrerías baratas, el uno al otro. Ganando(nos).
¿De qué sirve el tiempo que perdemos contando las horas? ¿Qué más dan las horas si no las disfrutas? Olvida el calendario, el reloj, olvida el tic tac de las horas, los despertadores de madrugada, los horarios que siempre has llevado, olvídalo; piérdete, por una vez, en el tiempo, porque lo verdaderamente bueno es cuando te das cuenta de que las horas volaron entre risas, sábanas o que sé yo.
Hablo de cuando le veo a él y de repente han pasado tres horas, a cámara rápida, sin poder volver atrás, pero siempre son horas bien gastadas, invertidas diría yo. Es tiempo que no va a volver, y que no desearía que volviese. Quiero que se quede así, porque así es justo como pasó. Y cada vez que estamos juntos, nada es igual, pero en el fondo, tampoco es tan diferente. Es un ir y venir, una afirmación y una contradicción en la misma frase. Es tan complicado y tan sencillo... Dos niños jugando, sin reglas, sin trampas, sin un volvemos a empezar.
Estamos sin estar, porque no necesitamos etiquetas, ni convenciones sociales que nos digan cómo actuar. Ambos sabemos que uno y uno son dos, que esos dos somos él y yo, y también que un tercero podría complicarlo todo. Un buen amigo me dijo un día: "A veces, es mejor no cambiar nada, porque si tocas las cosas, suelen joderse", y puede ser. Yo tengo mi propia teoría: las cosas de verdad, las que así tenían que pasar, pasan sin forzarlas, y no hace falta decir ni una palabra, porque sale de adentro, sin explicaciones, sin porques, y solo pasan, fluyen por si solas. Las cosas buenas pasan cuando menos lo esperas, cuando no las buscas. Si las cosas buenas se quedan, y se meten bien adentro de ti, de ambos, entonces sobran las palabras, y se hacen el doble de buenas, y cuando eso ocurre ¿que podrías decir que lo mejorase?
Blaise Pascal dijo que el corazón tiene razones que la razón no entiende. Y sé que mi cabeza ama el orden, las manías, el hecho de que todo esté en su lugar... pero hoy por hoy, me enamoré del caos, del pequeño y caótico mundo de vivir sin planear; en concreto, del caos que él trajo a mi vida, cuando le conocí y decidimos seguir adelante. El caos de principio a fin, empezando por la forma más estúpida de conocer a alguien, pasando por la forma mas absurda de prendarse, de enloquecer cada día un poco mas, de dejar que ese caos tome el control sin oponer resistencia, de no pensar en el mañana, ni en qué vamos a hacer, ni en qué va a pasar cuando...; la forma más anárquica y maravillosa de dejar a las cosas pasar por si solas.
Es bueno, y bonito también, que todo pase sin querer...y volviendo al principio, que las promesas no formen nuestro día a día. Suele decirme que las palabras se las lleva el viento, que ya se verá. Y es verdad que no necesitamos promesas para confiar, ni fechas para darnos sorpresas, porque cada día cuenta y un día más no es un día menos, es un día más del que alegrarse, uno más a la cuenta, al suma y sigue. Las palabras y las promesas, al final, suelen recordarse por lo malo y no por lo bueno... Las promesas cumplidas se olvidan, porque es tan obvio que las promesas se hacen para cumplirse... pero, todos recordamos esas palabras que se quedaron en palabras, sin más. Es por eso que me enamora el caos de lo nuestro, porque ninguno dice nada, sólo pasa, sin pensar, sin pensar estamos como estamos, sin pensar un día cumplimos las promesas que nunca hicimos, hacemos las cosas que no dijimos que haríamos. El caos del momento, del aquí y ahora, del carpe diem, de vivir sin planes.
Qué voy a decir que no haya dicho... muchos desean el paraíso, lo buscan, buscan la forma de llegar a él.. y a mi qué más me da paraíso que infierno, si lo que importa es la compañía. Siempre existe la posibilidad de volver infernal el cielo, o paradisíaco el infierno, de darle la vuelta a las cosas, con las vueltas que da la vida...
He decidido amar el caos, su caos, nuestro caos. Y que mañana sea lo que tenga que ser. Las promesas no son la solución al desconcierto, pero vivir el hoy siempre deja un buen recuerdo para mañana.

lunes, 2 de marzo de 2015

Soy la chica "overcontrol".


A veces los planeamos todo sin querer recordar que lo bueno de la vida es lo que pasa sin ninguna razón, aquello que sucede cuando menos te lo esperas, aquello que surge sin más. Nos da tanto miedo no tener el control que planificamos hasta el más mínimo detalle, esperando que así todo sea perfecto. Pero lo que no sabemos es que la perfección es un mito, una leyenda, una meta que nadie alcanza. Lo que no sabemos es que la única perfección que existe está en las pequeñas cosas, en esos momentos estúpidos que te hacen reír tan solo recordarlos. La perfección está en la risa también, en esa carcajada que no puedes evitar, en esa lágrima que sale cuando no puedes respirar pero eres incapaz de parar de reír... La perfección es subjetiva, si es que la hay. Y para mi, perfección ya no será jamás aquello que se planea para que salga a pedir de boca. Jamás volveré a pensar que tenerlo todo bajo control es una opción, porque no lo es. 
Lo cierto es que me da miedo no poder mantener bajo control todo lo que me rodea, pero hoy me he dado cuenta de que todo aquello que he planeado ha salido mal, mal porque fue planeado como algo que debía ser insuperable. Y en cambio... esos días en que sin más pensé en hacer algo y lo hice.. esos fueron siempre los mejores que me han pasado. 
He convertido días que debían ser grandes para siempre, en días que tendrán que pasar desapercibidos, porque de otra forma no sé como voy a llevarlo. "Quédate con lo bueno" dicen, pero está claro que es una frase recurrente, como cuando rompes con alguien y todos te dicen lo mismo... que hay más peces en el mar, que pierde él más que tú...clásicos, tópicos. Pero, ¿quién sabe exactamente que viene justo después? Nadie. ¿Alguien sabe que debo hacer justo después de perder el control? Porque inspirar y expirar profundamente ya no basta. No es suficiente para calmar la sensación de que la necesidad de dominar cada minuto me ha superado. 
Fallé en lo que mejor se me da, ¿y ahora qué? Si, "a lo hecho, pecho", no me olvido. Aun así, no estoy segura de poder recomponerme del todo, porque me he dado cuenta de que mi empeño por hacer de cada instante lo mejor posible, ha sido sin duda mi error, mi limitación, mi ruina. Supongo que es ya tarde para algunas cosas, porque no se puede recuperar el tiempo pasado, no se pueden rehacer las cosas de otra manera. En la vida no hay opción de "previsualizar antes de" o "deshacer","editar" y "guardar cambios". Arriesgué, y no gané, aun que tampoco quiero decir que he perdido. Simplemente no salió como esperaba. Lección de vida: Nunca tengas expectativas. ¿Aprendida? Lo dudo, ya todos sabemos lo mucho que me gusta tropezarme y caer, una y otra vez. 
Debo decir que tampoco me arrepiento, solo no estoy tan contenta con los resultados como me gustaría. Pero lamentarme no es la solución, no va a llevarme a ninguna parte, no va a proporcionarme nada nuevo. Me corroe la rabia supongo, y no es mentira que me habría gustado "rectificar" algunas cosas. Pero todo lo que me queda, todo lo que puedo hacer es seguir adelante con lo vivido, aceptar que he fallado (otra vez) y darme cuenta de que aun me quedan muchas caídas por sufrir. Lo bueno y lo malo de la vida, a menudo van más unidos de lo que creemos. Así que si por cada vez que me equivoque, algo bueno va a venir... aquí estoy, de pie, preparada para sumar otra cicatriz a las que ya tengo, para no rendirme y para no dejar de intentarlo aun que a veces quiera darme por vencida. Rendirse cuesta menos, sí, pero al final pagas un precio más alto por ello. 
Algo que todos tenemos claro es que vamos cambiando a lo largo de los años, y si miramos atrás muchas veces pensamos en lo diferentes que somos ahora. Solemos decir que maduramos con los daños y no con los años, y es cierto, pero a más años, más daños. Años y daños, a parte de rimar, están muy reñidos. Todas las cosas que hace unos años nos parecían el fin del mundo, hoy son solo recuerdos, tonterías de aquella época, pero esas eran las desgracias que nos correspondían. A cada edad, pertenecen fracasos diferentes, pero siempre que miremos atrás veremos que a día de hoy de eso solo quedan cenizas, que aun que puede que aun estén calientes y duela, quedaron atrás. Eso es lo que debemos pensar, supongo: El fuego de hoy serán las cenizas de un mañana. 
No me queda mucho más por decir, supongo que he gastado mis palabras por hoy. Parece que todo se asienta, no sé por cuanto tiempo, ni por cuánto tiempo podré soportar no premeditarlo todo, pero la vida son cambios, pequeños pasos. Hoy toca demostrarme a mi misma que puedo aprender hasta de los "errores" que he hecho con más ganas, de esos "errores" que jamás quise llamar así: errores. Hoy toca, sin más, empezar el cambio y no dejarlo para mañana. Si lo dejas pasar, se acaban olvidando las razones que te llevaron hasta eso. No voy a prometer nada, porque una vez dije que lo mejor es cumplir sin más. Hoy puedo y voy a demostrarme a mi, a aquellos que ya no creen en mi y al mundo, que si quiero puedo, que querer sí es poder si lo intentamos lo suficiente, que esto es solo un paso entre un millón, que mañana es otro día, pero hoy es mi día para volver a empezar, coger el toro por lo cuernos, dejar de ser la chica que todo lo perdona y empezar a perdonarme a mi misma antes que a los demás.Hoy toca despedirse del sobrecontrol, de la obsesión por planear cada día, toca dejar que todo siga su curso sin forzarlo. ¿Quién le dice al agua de un río por donde debe ir? ¿Quién dice a una bandada de pájaros cual es su ruta a seguir? 
Ya decían Fito y los Fitipaldis que "Lo que me llevará al final serán mis pasos, no el camino". La vida no va de momentos finales, va de los momentos que nos llevaron hasta ellos. 

martes, 23 de diciembre de 2014

JT, las promesas y yo.


"Las promesas se las lleva el viento y a las personas el tiempo", las palabras solo son palabras, no valen nada.. otra cosa que he tenido que aprender a golpes, por el mal camino; pero que al final, he aprendido. 
He tenido que prometer algo tan importante para darme cuenta de como son las cosas en realidad... que las promesas no son buenas, porque a veces, no es solo que no se quieran cumplir, si no que al final, algo te lo impide. 
Pero las promesas son palabras que mantienen viva una esperanza ¿no? Pues no, porque hoy en día no hay mucha gente que cumpla su palabra, hoy por hoy las promesas son eso que se rompe, dicen.
Mi experiencia es otra. Las promesas son tratos, como los tratos que haces con el diablo (con el diablo si crees en él), como un contrato que firmas y ya no puedes romper, porque tiene consecuencias. Creo que la vida ya tiene suficientes consecuencias y castigos de los que se encarga el karma, como para que nuestras ansias, nuestra ganas...también las tengan. No deberíamos prometer, si no hacer, cumplir sin decir nada antes: cumplir, pero sin prometer. No deberíamos prometer, y mucho menos tomar algo que deseamos, que queremos, que esperamos que así sea y prometerlo, como creyendo que así se hará realidad, porque la vida no funciona así. 
Promete y verás como algo verdadero se convierte, poco a poco, en algo que hay que mantener como sea, verás como se pierde todo lo demás, las verdaderas razones por las que prometiste desaparecen, y solo quedan las palabras, el "pero tú me lo prometiste", el "pero tú dijiste que..", y ya no es como que quieres, es como que 'tienes que'. 
Prometí y sin embargo, ya no sé si quiero. Pero como he dicho, romper las promesas tiene consecuencias... implica herir, aun que no sé hasta que punto;implica perder: perder a alguien, a un amigo, perder la confianza, perder, entonces, la complicidad, la relación que sea. Perder, y perder es casi siempre malo, aun que a veces sea bueno y no podamos verlo, aun que a veces entre los escombros quedé algo en pie, aun que entre esos escombros aun florezca algo bueno a lo que aferrarse, algo que te mantenga. 
Y si las promesas ya no sirven, ¿qué nos queda? Los hechos, lo que hacemos sin pensárnoslo dos veces, lo que sale de dentro, pero lo que sale de dentro sin que nada lo haga salir, lo que sale porque si, las cosas que hacemos por placer, por gusto, no por una promesa de hace cinco meses que ya no tiene sentido. Lo que queda, lo que vale, lo que no pasa de moda son las cosas que haces porque sientes que así debe ser, las cosas que decides casi sin decidir, las cosas que surgen en el momento. El 'carpe diem'. 
Creo que a veces, las promesas no son en realidad promesas, si no cosas que dijimos y alguien consideró como tal: un malentendido, pero un malentendido al que al final nos acogemos. También creo que a veces las promesas no se rompen, si no que se pasa su momento, pierden validez, pierden la razón de ser, y entonces ¿cómo mantener algo que ya no sientes así? Cuando una promesa hace que todo gire a su al rededor, que todo se amolde a ese "trato", a esas palabras...cuando decides pensando en lo dicho, cuando tienes que decir que no a otras cosas, cuando ya no aguantas decir que no a otra cosa por algo que has prometido, algo falla. Falla la libertad: si deseas libertad y prometes no ser libre ¿qué sentido tiene? ¿Qué sentido tiene desear alas y decidir encadenarte? Ninguno. Conclusión: somos incoherentes cuando menos lo esperamos, cuando menos tenemos que serlo. 
Hay promesas que no se rompen, amigos, hay promesas que caducan, hay promesas que te quitan la libertad del 'aquí y ahora', de vivir el momento, y el momento es lo único seguro que tenemos. 
Prometer, queridos, es un contrato a largo plazo, un contrato para un mañana que no sabemos ni si habrá ni como será. 
Ahora entiendo a mi madre diciendo: "No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy."

jueves, 6 de febrero de 2014

L04V01/14


A veces se confunden los sentimientos ¿sabes?, se confunde placer y amor, se confunde querer con desear... Se confunden las palabras, se malinterpretan las cosas y entonces ¿qué pasa? Que todo se viene abajo. Muy deprisa. Tan deprisa que no se puede asumir antes de que todo esté hecho trizas. 
Creí que esta vez todo saldría bien..o en realidad no, no lo creía, pero quería que saliese bien, lo deseaba con tanta fuerza que me creí hasta las palabras más vacías. Ignoré cada señal que llevase a la desconfianza... Pero en realidad él solo me vendía un futuro prometedor, una relación de película ¿sabes? Me vendía... Pero no supe comprarle, porque lo que yo buscaba se alejaba mucho de lo que él pretendía que fuésemos. 
Muchos pueden pensar que soy tonta, ingenua, inocente... no lo creo, pero quizá estén en lo cierto, quien sabe... Lo que si sé es que lo siento.. lo siento por aquellos que siguen diciendo que los finales felices no existen porque las mejores historias nunca terminan; o por las chicas que siguen buscando al príncipe azul, al chico perfecto, al detallista, al amigo, al novio, al de película.. NO EXISTE.
La realidad es que yo no consigo ver más allá de las buenas intenciones, no veo más que las mejores cosas de cada persona, y al final eso es lo que me condena. Seguir confiando plenamente en los desconocidos porque no tengo razones para desconfiar... "Inocente hasta que se demuestre lo contrario".  
Confié en que no me estaba equivocando, e incluso después de darme le golpe, él dijo no te has golpeado, y solo pude creerle. ¿En qué clase de mundo vivo? ¿Qué clase de persona soy? Pues al parecer en un mundo donde todos merecen una oportunidad, en el mundo donde se tropieza para aprender aun que no todos aprendamos, soy la clase de persona que se encariña con las piedras que la hacen caer una y otra vez.
(...)
Hoy, aquí estoy de nuevo, frente a la pantalla del ordenador, cascos puestos y volumen bien alto... no es como si fuese la primera vez que estoy aquí sentada pensando como sacar de dentro todas las palabras que no me salen en voz alta, pensando como contar a un par de personas que ni siquiera conozco, que he vuelto a las andadas. He vuelto a conocer a alguien, que lo dejé todo por él, aposté y perdí de nuevo. 
Cuatro de enero del 2014... Ahí es donde empezó. Unos amigos, un bar en medio de ninguna parte, al parecer debería ser recordada como una buena noche.. Una historia de película.. Clienta se enamora de un camarero. Si lo piensas... suena increíblemente bien. Pero no todo lo que reluce es oro. 
Era como ver por placer, a un chico muy guapo, atractivo... pero, ¿qué importa? Solo es un chico guapo más al que mirar sin esperar nada más. Eso creía yo. Pero no fue así. Nos conocimos, y un par de semanas ahí estábamos: una cama, luz apagada y ropa por el suelo.Un tópico: la pasión desmedida, las ganas del momento, el impulso... 
He de decir que soy la perfecta persona para estropear los momentos, para dejar pasar oportunidades; pero eso a veces me da ventajas también. Detrás de todas las palabras bonitas, de los planes, de los "ya te pondré mi música cuando te recoja en mi coche para ir a alguna parte", de cada "confía en mi"... al final, detrás de cada cosa buena, parece que siempre hay una mala. 
Parecía tan de verdad que no quería simplemente arruinarlo. Me salté las advertencias.. porque sonaba demasiado bien para dejarlo ir. Creo y casi podría afirmar con total seguridad que las mejores sensaciones que he tenido en años han sido en ese momento a solas. Los mejores labios que he besado jamás, era algo inexplicable. La sensación de besarlo era como tener un pedacito de paraíso rozando mis labios. No le gustaba demasiado besar, decía. Pero besaba de lujo, como si hubiese nacido para conquistar. Las maneras de hacerlo todo tan impulsivo...De agarrarte de repente y tumbarte en la cama... Eso hizo: no darme tiempo a pensar si estaba bien o estaba mal. Hizo del momento el adecuado, apagó las luces, me agarró bien fuerte y convirtió la cama en el cielo, o un infierno según se mire. Todavía recuerdo cada movimiento, las palabras, lo que sentí exactamente cada segundo a su lado. Todavía ese escalofrío y la piel de gallina al recordarlo... 
Sabía como hacerlo, como relajar hasta a la más nerviosa, como hacerme sentir cómoda en la situación más incómoda de mi vida. Sería su acento, su labia, no sé, pero a cada palabra que salía de su boca, mis músculos se relajaban cada vez un poco más. Ese recuerdo de sus manos recorriendo mi piel, o agarrándome muy fuerte la mano. Esa si es una sensación que recordaré toda mi vida. Creó que no hay nada mejor que sentir que el chico que te gusta se preocupa por ti en momentos como ese, en esos momentos en que se supone que las hormonas valen más que las neuronas. 
No sé como explicar lo que sentí, no creo que se pueda... Solo cielo, paraíso e infierno, junto, mezclado. Un cúmulo de sensaciones, de recuerdos en un espacio de tiempo muy corto. Todavía noto ese ambiente al tocar el jersey que llevaba puesto esa noche. Y si lo pienso, todavía me estremezco como si lo estuviese haciendo de nuevo. 
Pero un mes y dos días después, aquí estamos, con todas las promesas rotas, con todos los planes invertidos u olvidados. Pasamos de un extremo a otro. Arriesgué, y aun que disfruté por el camino, se acabó lo que se daba. Sin duda, de los mejores errores de mi vida, digan lo que digan, piensen lo que piensen. 
Puede que a la larga me arrepienta o que no, pero estoy segura de que tales sensaciones nunca se van a borrar de mi cabeza. 
Él no sabía lo que quería y yo podría estar así toda mi vida. Sus palabras fueron "un día quiero follármelas a todas y otro solo quiero estar con una". Yo quería, y creo que todavía quiero, ser esa una; aun que para ello tenga que arriesgarme a ser primero una de muchas. Puede que sea ese el primero paso, o el último y único. Quien no arriesga no gana. La vida no está para dejarla pasar, sino para vivirla.Y aseguro, que para mi, vivir es eso: reunir sensaciones que sean imposibles de borrar. 


sábado, 16 de noviembre de 2013

Tarde, mal y a rastras.


Cuando barajas varias opciones a la vez debes saber que pueden pasar tres cosas: eliges una, no eliges y te quedas con todas, o no eliges y todas desaparecen. 
Desde hace un par de meses (o quizás sean exactamente dos meses y dieciséis días), he pasado mucho de mi tiempo convenciendo a mi cabeza de que olvidar era como chasquear los dedos, algo rápido, algo sencillo; pero la verdad es que ni con práctica ni sin ella... olvidar siempre va a ser una materia pendiente. Es tan bonito poder recordar los buenos momentos...tan bonito que a veces no podemos aguantarlo. 
Pero ¿es realmente una opción el olvidar? ¿O es una medida desesperada? ¿Algo a lo que recurrir cuando llegamos a un callejón sin salida y no podemos volver atrás, quizá? 
A menudo confundimos dolor y odio, pero la verdad es que son sentimientos tan diferentes... El dolor confirma que sentimos, que vivimos, que no somos tan solo una marioneta de la sociedad, que algo pasó, pero ¿nada dura para siempre verdad? Todos somos expulsados, echados a patadas del paraíso alguna vez, o un par de veces... Pero odiar..odiar es algo tan fuerte que nos corroe, nos rompe desde dentro, nos desgarra para salir y cuando sale, ¿qué nos queda? Solo un vacío y una fama de tener el corazón más frío que el hielo. 
Lidiamos las peores batallas en nuestro interior, cuando cabeza y corazón discuten tan fuerte que rompes a llorar para dejarlo salir, cuando corazón y cabeza continúan gritando y peleando y aun así, no se ponen de acuerdo. 
He tenido mis fases, mis momentos (buenos y malos) estos meses, a raíz de una decisión que quizás no debió ser tomada, pero lo fue y a lo hecho, pecho. No se puede volver sobre lo hecho porque jamás encontrarás el error. Tienes que tacharlo todo y empezar de nuevo de modo que cuando todo se arregle mires atrás y puedas ver donde estuvo el fallo y entonces, podrá ser superado. 
He querido dejarlo ir sin pensármelo dos veces, que se fuese ese sentimiento de vacío, de "quizá no hice todo lo que pude haber hecho para arreglarlo", de culpa sin ser culpable... Quería, por encima de todo, que desapareciese ese enorme cúmulo de sensaciones que hacía más notable ese insaciable hueco en mi interior. No quería hablar, ni decir que todo iba mal, ni que todo iba bien... no hablar era como no tener que recordar que se había acabado el amor de verano; pero no era, ni por asomo, un alivio. 
Pasaron los días, las semanas, los dos meses y 16 días exactos... y sonreí como si no pasase nada, como si no doliese, como si el daño se lo hubiese hecho solo él, como si no me importase...pero lo hacía, de todas las formas posibles, meses después seguía torturándome desde más sincero adentro. Pero quería demostrar al mundo que era más fuerte que todo eso e ignoré cada espinita que tenía clavada todavía. Una cosa estaba clara, yo siempre supe que no era de esas personas que no derraman ni una lágrima, siempre supe que aun que quizás podía convencer a los demás de que ni dolía ahora ni lo había hecho, no podría engañarme a mi misma.
Llegué a este punto sin retorno, con las cosas poco claras y todas las cartas sobre la mesa... Pero decidir se me hace tan complicado, me suena tan a compromiso, a ti, a mi, a nosotros... suena tan a "o él o yo"... Todo se ha convertido en una batalla interior a gran escala, una lucha entre seguir aferrándote o dar el paso. Todo cobró un significado: cada paso que doy, cada vez que miro atrás..
Pero no es el momento...porque los buenos recuerdos continúan haciéndome trizas y es verdad que los malos ya casi han dejado de ser malos, pero una cosa no quita la otra. 
¿Sabes? Si me estás leyendo, escuchando, si estás pensando en mi... Deberías saber (y todo el mundo debería saberlo también) que olvidar no entraba en mis planes cuando te conocí y tampoco lo hace ahora que ni siquiera podemos decirnos "hola", ahora que no hay manera de todo vuelva a ser como un día fue. Debes saber que la manera en que hicimos las cosas me atormenta cada día, me ha dejado huella, marcada como defectuosa en el amor. Apuesto a que desde que nos dejamos has hecho tantas veces lo que solíamos hacer juntos e incluso lo que no llegamos a hacer, que ya ni recuerdes que yo también he estado en ese punto de tu vida. Y sin embargo yo, he intentado probarlo de nuevo, con otros, y todavía no he dado ni un solo beso más que el último que nos dimos. ¿Sabes? Cuando él puso su mano en mi pierna solo pude recordarte a ti haciéndolo; cuando me pidió un beso y se lo negué solo pude recordar nuestra primera cita, (solo que tú lo conseguiste y él no); cuando me cogen de la mano ahí estás de nuevo... 
Todos a mi al rededor me empujan hacia delante, y es irónico, porque eres tú, tú dentro de mi cabeza, quien me arrastra y me retiene parada en un punto muerto, en el kilómetro cero, en tierra de nadie...

viernes, 15 de marzo de 2013

Hell or heaven


A veces deseamos que nuestras vidas sean como una película que nos gusta mucho y sin embargo, no nos damos cuenta de que nuestra propia vida es una historia que muchos desearían vivir, o una historia que supera la propia ficción. A veces nos cuenta creer que estamos viviendo con pena la vida que muchos no pueden tener, es más, ahí afuera hay mucha gente que muere luchando por esta vida. 
Pero como en todo, no es ni blanco ni negro, no es bueno o malo. Esta vida tienes sus pros, si, pero también tiene sus contras. 
A veces, yo desearía cambiar de vida, ser otra persona, pero supongo que a muchos les agradaría tener lo que yo tengo. Por eso, supongo que mi vida no es tan mala, es difícil de llevar, aburrida a ratos, cansada, pesada...pero hay muchas risas de por medio, muchos buenos momentos, muchos avances, abrazos, besos, personas que están ahí...
La parte buena está bien clara, pero ¿y qué hay de lo malo? ¿Cómo se lleva? Pues con paciencia, con todo lo bueno. Muchas cosas buenas llegaron a mí por cosas que en su momento quise cambiar, cosas de las que te arrepientes, pero ya no hay vuelta atrás y pese a todo lo que perdí, todo lo que pude tener y no lo tuve, y sobretodo pese a todo lo que pudo haber sido y no fue, pese a todo eso, ahora sé quién soy y quién quiero ser.
No quiero cambiar el mundo, pero ojalá pudiese cambiar el mundo que me rodea, la manera de pensar de algunas personas, la forma de actuar de otras. Creo que así todo iría mejor, pero quien sabe, tendré que vivir con la duda, porque no pienso lidiar ni un segundo más con las personas que no se esfuerzan por quedarse a mi lado mientras yo me hago trizas preocupándome. 
Querer es una palabra muy grande, y si me disculpáis, prefiero reservarla para aquellos que se la merecen. Porque no sirve de nada decir "Te quiero" a personas que te oyen pero no te escuchan. 
Querer se queda grand a veces, no se puede elegir a quien quieres, ni la forma en que quieres, ni la cantidad de amor que quieres dar, sobre amor, no hay nada que podamos saber. Sentimos, y aun que es bonito, a veces duele y simplemente nos dejamos caer cuando deberíamos luchar, pero darse por vencido es más simple, más fácil, cansa menos que levantarse de nuevo y volver a la guerra entre la mente y el corazón. Supongo, que aquellos que habéis estado entre la espada y la pared sabéis de qué hablo. Es fácil sentir, pero difícil saber que sientes realmente; es simple sentir, pero complicado saber explicarlo; puedes sentir, pero no siempre puedes demostrarlo. 
A lo largo de estos años, que han sido pocos, he aprendido que antes de querer a nadie debes quererte a ti mismo, apreciar la vida que tienes y jamás decir que te das por vencida o que odias tu vida, por qué la mente es poderosa, si, pero por todo el mundo hay gente pasándolo peor que yo, gente comiéndose la cabeza porque no tiene nada. Yo tengo una vida complicada, pero no triste, siento mucho y eso es un problema, pero ¿y qué pasa con esas personas que tienen problemas más importantes que no hablarse con el chico que le gusta? ¿Qué pasa con ellas? Hay demasiada gente perdiendo sus casas, sus trabajos, todo lo que tienen y aun así, luchan para salir adelante, porque la mayoría tienen unos hijos y una familia que sacar adelante. Eso si es amor, luchar a más no poder, dejarse la piel, quedarse sin comer para que los suyos puedan hacerlo. Amor y problemas es eso y no un amor de instituto que ni siquiera es recomendable y los problemas sentimentales que eso me trae. 
He sido egoísta y lo sigo siendo, pues supongo que mis problemas me importan más que los de muchas otras personas, pero es que soy yo quien tiene que lidiar con ellos. Con diecisiete años estos son los problemas que me corresponden, y ojalá todos los jóvenes del mundo sólo tuviesen estos, peor por desgracia, hay adolescentes muriendo, luchando, perdiéndolo todo, viendo a sus seres queridos destrozados, hundidos. Eso si es triste. Eso si es para estar tirado en cama y no levantarse, y sin embargo, cada día luchan y luchan, porque si abandonan, se acabó. Todos deberíamos tomar ejemplo de los más pobres, de los más desgraciados, de aquellos que lo están pasando peor. 
Lucha, porque a veces luchar y seguir adelante, es lo único que nos queda. 

viernes, 8 de febrero de 2013

A.F.B.


A veces tomamos las decisiones que los demás esperan que tomemos, y entonces estamos dejando que decidan por nosotros. Pero las consecuencias de eso, nadie las sufre en nuestro lugar. 
He tomado decisiones de las cuales no me arrepiento, pero que si las pienso, ojalá pudiese haber hecho las cosas de otro modo, más fácil, menos doloroso. Decidí alejar de mi a la persona a la que quiero. Lo decidí con ayuda, indirecta, inconsciente...Todos esperaban que esto pasase, tarde o temprano. Y pasó, demasiado tarde quizás. Demasiado tarde porque ahora estoy frente a una pantalla llorando mientras escribo que jamás creí que le iba a querer tanto, que jamás pensé que verle iba a ser tan duro...
Algunos me han dicho que hice lo correcto, otros que me pasé, y unos pocos, que no es amor, que son las hormonas. Pero al fin y al cabo...digan lo que digan, lo único que cuenta es lo que yo siento, y lo que yo siento es que le quiero, y que le echo en falta cada día que pasa, pero que lo que los demás esperan de mi me impide acercarme a él de nuevo, a preguntarle como le va, a saber si él también me echa de menos.
Es como si ya nunca más fuésemos a hablar, como si ya ni se acordase de que me ha conocido. Y sin embargo, yo, no puedo dejar de recordar cómo, cuándo, dónde y por qué le conocí. Bajo que circunstancias, bajo que consecuencias decidí quedarme a su lado. 
Decidí, y para bien o para mal, los buenos momentos, ya nadie me los puede quitar. ¿Pero que hay de los malos? Esos siempre están presentes...a la hora de justificarme, a la hora de convencerme de que no merece mis disculpas, que hice lo correcto, que aun que le echo en falta, no es lo que debería hacer.
Pero cada día que pasa, se hace más y más difícil todo. Pronunciar su nombre, hablar de él, quererle... hacer esto cada día, en los pasillos, suplicando por favor no cruzarme con él, bajando la mirada al suela cuando le veo, disimulando con odio el vacío que ha dejado. Pero en el fondo, todos saben que no le odio, que no puedo hacerlo, porque soy débil y mi debilidad es más grande que todas las cosas que hemos pasado, en cuanto a malos ratos me refiero. 
Algún día, dejaré de hacer lo que los demás esperan de mi, para hacer lo que yo quiero...y asumiré las consecuencias que eso conlleve. Todos los que me conocen, si leyesen esto, sabrían perfectamente que hablo de él, de disculparme sin motivos para recuperarle, porque aun que todos se empeñen en hacerme creer que quien ha perdido aquí, ha sido él, la única que perdí fui yo, porque a él ni le va ni le viene mi estúpido, no tan estúpido enfado.
Lo cierto es que, mis pasos no me llevaron exactamente aquí, pero el tiempo, el criterio de quien ve más allá de lo bueno, eso si me llevó aquí. Me llevó a tener que echar en falta a alguien que jamás creí que perdería. De alguna manera, hemos muerto el uno para el otro, como si ya solo fuéramos dos desconocidos, por mi parte, deseando conocerse, por la suya, sin saber que existo. 
Siento ser débil y echarle en falta porque será eso lo que me hará caer en mi error otra vez. Pero ¿sabes? Si estoy cometiendo un error, será mi error. Un error del que yo me arrepentiré o no, que tendrá consecuencias o ventajas, que me hará más ciega o me dejará ver con más claridad... Quizá lo único que necesito ahora es ver como ni si quiera se ha dado cuenta de que me he ido, quizá si él se mostrase indiferente si intentase, no sé, arreglarlo si se puede decir así... Pero supongo que arriesgarse a tropezar con la misma piedra por millonésima vez, sería estúpido. 
A lo mejor, el tiempo es lo único que necesito. A lo mejor, todo lo que necesito lo tengo y él no está entre ello. A lo mejor, solo a lo mejor, echarle de menos tanto que llegue a odiarlo sea un paso entre un millón. 


domingo, 27 de enero de 2013

Los vacíos de su personalidad, tus mejores cualidades.


A veces pensamos que olvidar es todo lo que necesitamos, y nos equivocamos, porque olvidar no es la solución. Olvidar es casi como una enfermedad. Realmente nadie quiere despertarse una mañana y no poder recordar que ha pasado con ese amor tan grande que se tenía; nadie quiere amanecer y no poder pensar en todos esos momentos juntos, ni tampoco nadie quiere olvidar por que del amor se pasó al odio. 
Queremos superar, no sentir dolor. Queremos encontrar la salida tan rápido que nos perdemos, nos quedamos atrapados, en medio de un si y un no, en mitad de un te quiero (olvidar). 
¿Qué queremos realmente de un amor que ha fracasado?
Queremos verlo florecer, ver como poco a poco tanta espera da sus frutos. Queremos ver que no era tan imposible como decían. Simplemente queremos que no haya fracasado, que no fracase, que no se apague, que siga, que dure, que sea de película...Que sea lo que buscamos.
Y si el fracaso ya es inminente, queremos encontrar alguien que cierre las heridas, que se clave más adentro, que le robe el puesto, que saque a fuera todo el dolor que nos dejaron, que sea justo lo que nos gustaba del otro.
Y ahí está el problema...Queremos que sea como ese amor improbable, imposible, platónico, finalizado o quizás nunca empezado. Queremos que sea como él era, cuando en realidad lo que necesitamos en un cambio. Necesitamos que nos traten como nunca nos trataron, no como ya lo han hecho. Necesitamos que entienda que la espinita sigue ahí, pero que no sienta celos.
La vida es caer y levantarse, querer y volver a querer sin miedo, equivocarse y reconocerlo, superar odios y rencores, ver como amigo a quien querrías tener como novio y comportarte como amiga y no como perra en celo. La vida es eso, vivir en paz contigo mismo y con los demás. 
Tenemos tendencia a encerrarnos y sufrir por alguien que ni siquiera se lo merece, por alguien que ni siquiera se da cuenta de lo que es para nosotros. Y solemos darnos cuenta cuando ya es demasiado tarde, pero más vale tarde que nunca. 
Yo, la verdad, no quiero olvidarle, quiero verle y pensar que los malos momentos con él, serán en un futuro los buenos que tendré con otro, pensar que algún día encontraré alguien que dará por mi lo que yo di por él y que entenderá perfectamente que me preocupe, que me enfade, que le grite y que antes de él hubo otros, pero que también sabrá venir y pedir disculpas, darme mimos, cuidarme. Esa persona será probablemente lo que él no fue. Tendrá defectos y me enamoraré de él por ellos, pero ¿sabes? Tendrá cualidades que rellanarán los vacíos de la personalidad de quien no supo respetarme y quererme, y entonces, solo entonces, habré encontrado a la persona adecuada. Cuando lo que le faltó a quien me hizo daño, sea justamente lo que tenga para enamorarme. Sin más. 

jueves, 24 de enero de 2013

A donde te quieren mucho, no vayas a menudo.


Echar de menos...¿Es una virtud o un defecto? 
Defecto y virtud diría yo. Si echas de menos sufres, y esa es la parte mala; pero si echas de menos, quieres, sientes, y esa es la buena. 
A veces, hay que buscar el lado positivo a todo, porque esa parte nos hace seguir adelante a pesar de todo. Pero nos equivocamos a menudo e insistimos en el error, y eso es sin duda, otro fallo. Lo lógico cuando te caes es levantarte y no quedarte en el suelo. Desde el suelo todo se ve tan grande que hasta te puede superar y a veces, de hecho, lo hace; desde el suelo sentimos la frialdad de todo un poco más, y no podemos ver más allá; pero si te levantas, si te levantas puedes ver que los problemas siempre se hacen pequeños a medida que los afrontas y que tanta frialdad solo esconde miedo.
Echar de menos es un hecho, un hecho irremediable. Si lo planteamos como un problema, poco a poco el echar en falta se convierte unas veces en olvido y otras en agujero imposible de rellenas del todo. Pero extrañar es bonito, porque tienes esa necesidad de volver a estar como siempre, porque hubo momentos antes que te sacaron sonrisas. El dolor confirma que realmente pasó, que existió, que no ha sido un sueño. 
Tengo dentro del pecho, un pequeño agujero negro, que antes fue más grande y también más pequeño, y hoy vuelve a abrirse paso...Se va tragando todo aquello que surge, el odio, por ejemplo. No puedo odiarle y desear que vuelva a ser esa persona a la que confiar mi vida. Un agujero negro que no se sacia más que cuando le veo y el mundo se me cae en mil pedazos. Se crece cada vez que me reconcomen las ganas de acercarme y oler una vez más su piel mientras me abraza. Pero cuando el hueco se hace grande, yo me vuelvo pequeña ante el mundo. 
Ojalá pudiese ir, hablarle, abrazarle, recuperarle... Pero las cosas son así: Cuanto más le quiero más me ignora y cuanto más le extraño más me olvida. No hay vuelta atrás, no hay modo de deshacer lo hecho, de borrar lo dicho, porque las palabras a veces no perduran en un papel, pero si en una cabeza. Solía decirme mi madre que a lo hecho, pecho; que amor con amor se cura, que ahora adulador y mañana traidor, y que a palabras necias, oídos sordos; que a grandes males, grandes remedios, y que a la tercera va la vencida, que después de la tempestad viene la calma.
Hoy siento que se me va la vida, pero mañana es otro día, y prefiero morir de pie que vivir de rodillas. Así que, toca asumir, afrontar y enfrentar, seguir, porque hay más peces en el mar. Y aun que solemos decir que el mundo es un pañuelo, el mundo es brutalmente grande y a parte de ti, querido , hay millones de chicos ahí afuera. Chicos que tratan a chicas como princesas mientras tú las tratas como muñecas. 
Aun con todo, sigo esperando que cambies, que vengas tú, que te disculpes, que me digas que esa no es forma de hablar a alguien que puso la mano al fuego por ti y se quemó, y la volvió a poner sin pensárselo dos veces, que la confianza que tenías en mi sigue ahí, que me echas de menos joder...Me gusta pensar que no soy yo sola la que se ha quedado en un punto muerto, esperando que pase algo. Me gusta pensar que tenía razón creyendo que me querías, por muy poco que fuera. 
A veces, te veo y pienso '¿qué he hecho?' y me imagino corriendo hacia ti, y tú tienes los brazos abiertos para abrazarme, pero cuando vuelvo a abrir los ojos, entre tu y yo hay más que silencio; hay olvido, pero hay recuerdos, lágrimas y sonrisas...hay alguien abrazándote y no soy yo. Cuando abro los ojos pienso 'Hice justo lo que tenía que hacer, hace mucho, pero más vale tarde que nunca', pero vuelvo a cerrarlos, porque imaginar tus brazos rodeándome, tu olor envolviéndome y tu calor acogiéndome, es todo lo que me queda de lo que un día fuimos.
Te hecho de menos a ti. Extraño que me sonrías, que me perturbes, que me hagas cosquillas, que me abraces, que me hables, que me cuentes, que me escuches... No hay nada peor que esto, pasaste de ser mi día a día a no ser absolutamente nada, un conocido quizás. 
Te quiero, y ahora entiendo eso que dicen de que en la vida tenemos dos grandes amores. Uno con que el equilibrio es imposible, que a pesar de los intentos nunca saldrá bien y que al final se queda en nada, nos rendimos, nos alejamos, nos damos por vencidos y lo olvidamos; y otro con el que todo es calma, con el que te casas y pasas el resto de tu vida, pero que sin embargo, no pasará ni un solo día en el que no desearás que ese amor que diste por perdido vuelva para perturbarte una vez más. 
Óyeme, lo único que yo te pido es que te disculpes. Todo lo que yo quiero es volver a oír tu voz hablándome a mi, tus brazos agarrándome bien fuerte como de costumbre, tu sonrisa muy cerquita de la mía,  tus ojos mirándome de frente...Ojalá volvieses a ser ese al que yo tenía en un pedestal, dentro de mí, donde ahora solo hay un vacío, un agujero, negro. Sólo tú puedes cerrarlo, no hay nadie más en esta vida que pueda llenas el vacío que me has dejado. 

lunes, 21 de enero de 2013

Hemos roto sin estar juntos.


Si tuviese que decir como me siento ahora mismo me costaría días, quizás semanas, encontrar las palabras exactas para explicar que no son celos. No tengo ni una sola razón para estar celosa, ni siquiera somos lo que yo creía. Solo fuimos mentiras desarrollándose en mi mente y creándose en su boca. Hemos sido todo y nada en mi cabeza, pero en realidad, nunca hemos avanzado, siempre hemos sido cero. El problema está en el hemos, no hemos nada, él ha sido por su lado y yo he sido por el mío...He sido, contando con que era a su lado.
Han sido mis decisiones, mis incoherencias las que me han traído hasta aquí. He ido caminando al lado de alguien en quien yo misma decidí confiar. Si, hay que escoger en quien confiar, pero bien. Yo escogí confiar en él. Escogí no fallarle, creyendo que no me fallaría. Pero hay algo en lo que yo no tuve mucho poder de decisión...pues yo no escogí quererle así, no escogí estar a su lado cada vez que chasquease los dedos, cada vez que quisiese. Yo no fui quien escogió tardar tanto en caer en la cuenta de que sin principio no hay final.
He tomado decisiones que ojalá no tuviese que haber tomado y de las cuales, a la larga, no me arrepentiré, pero la vida es hoy, y hoy sé que cambiaría lo que fuese por poder creerle de nuevo, por hablarle, por abrazarle cada mañana, por quererle sin más...porque ahora, he decidido tomar riendas, y eso, eso no es para mi, yo que perdono al más imperdonable y quiero al más desagradable, no tardaría en pedir perdón yo misma si pudiese hacerlo, pero que decepcionante sería ¿no?...No hay nada tan necesario en esta vida como para tropezar, levantarse y dar marcha atrás hasta encontrar la piedra y volver a tropezar. Lo que yo necesito para vivir es respirar, alimentarme...vamos, lo que todos, pero a él no. 
Supongo que al verle con otras chicas no me siento realmente alegre, pero no me siento celosa, ni tampoco decepcionada. Sé que no somos nada y que no tengo derecho a pedirle nada ni tampoco se lo pediría. Cabe esperar de alguien, que si le importas, sobran las promesas, las restricciones, las palabras incluso. Cuando yo quiero a alguien, no necesito oírle para saber lo que va a decir...creo que es tan obvio que si te importa una persona más allá de la amistad no andas buscándolas a todas, que creo que sobra decirlo. Si te quiero, yo soy para ti como tú deberías ser para mi. 
He perdido la credulidad, las ganas de creer, las razones para hacerlo. No creo en nada, salvo en la confianza, el respeto mutuo. Más demostrar y menos hablar. Creí en la persona equivocada, y por eso no voy a dejar de creer en todos los demás, pero lo siento, a ti, bonito, se te acabó el juego. Es gracioso, porque yo no era parte del juego, yo no jugaba; yo era el juego, conmigo jugaban. 
Es agradable por una parte no tener que escuchar a todos diciéndote que miente más que pestañea cuando tu cabeza está absorta en sus palabras, y cada una de ellas se convierte en poesía ante tus oídos. Cada frase, cada párrafo que decía o escribía, iban poquito a poco grabándose más allá de mi cabeza. Estaban bien guardadas, bien creídas. Una pequeña biblia, todo en lo que yo creía. Y ahora es un alivio, quizás, no tener que arriesgarme a decidir si creerle o no. Aun que no puedo negar que no desearía tener que dudar una vez más. Supongo que tendrá que pasar un tiempo hasta que no desee que me perturbe cada día. Y aun así, nunca habrán sido suficientes veces las que me haya mentido, porque en las buenas y en las malas, desearía creerle, y ahora, en las malas, sobretodo, estaría ahí como nadie, a pesar de todo. Ojalá tuviese derecho a estar en las buenas, ojalá...pero él tampoco parece preocupado, no parece darse cuenta de lo que tenía ni cuando ya lo perdió. Las tiene de sobra, así que, ¿qué era yo en medio de todas? Probablemente nada, pero en un futuro, cuando le lleguen a él las caídas, los fracasos, las decepciones con el mundo, con las tías que creía tener comiendo de su mano...entonces yo seguiré ahí, cuando todas se hayan ido, yo seguiré ahí, pero no para creerle, si no para demostrarle y para demostrarme que puedo ser todo lo que un chico quiere.
No puedo negar que me pone enferma verle con otras, o más bien, ver que otras consiguen en tres meses lo que yo no conseguí en trece. Ver como él cree tenerlas en el bote y ser ellas quien le tengan entre la espada y la pared. No hay nada que me joda más que la competencia fácil. Yo me abro a los demás de mente mientras las demás se abren de piernas. ¿Y que gano? No mucho más que desilusiones, pero bueno, ojalá todos los males del mundo fueran estes...
Un año da para mucho. Me dio para darme a conocer antes sus ojos y ante su mente, y para que él me diese a conocer justo lo que él quería que supiese y pensase. Que más dan los sentimientos cuando quien piensa no es su cabeza si no su p****...Un buen amigo me dijo, que a esta edad lo de querer está sobrevalorado; yo tengo claro que le quiero, pero ahora no sé de que manera y sin embargo, el sigue muy seguro de lo que quiere, follar con mujer bonitas diciéndoles que les hace el amor y sin acordarse de su nombre al siguiente día, liarse con cualquiera habiendo bebido medio bar, no querer para no arriesgarse, si lo piensas, el plan no es tan malo. Ahora me doy cuenta de que la insegura no soy yo que voy de frente, si no él, que se camufla en cuanto puede, como puede, donde sea y con quien sea. 
Un año es tiempo suficiente para querer y para odiar, para sentir. Un año es demasiado tiempo para tener la mano al fuego por alguien, porque ya me he quemado suficiente, y ahora solo el tiempo es quien para poner a cada uno en su lugar, más allá de lo que yo pueda decir, más allá de los que critican sin saber o sabiendo. El tiempo, querido mío, no pasa en vano. Y como todo lo que sube, baja, pues aquí te espero.

viernes, 21 de diciembre de 2012

Por y para ti solo si tú quieres.


Caminas, y en realidad tú estás ahí para el mundo, aun que parezca que todo se mueve a tu al rededor. No evitas pensarlo, pasas y las hojas caídas de los árboles en pleno otoño, se arremolinan, los pájaros cantan y huyen. En realidad no es por ti, pero lo parece, y aun que la realidad es indiscutible, se crea en tus ojos un mundo que se rinde a tus pies. 
¿Quién no ha querido ser la gravedad del mundo alguna vez? Pensar que todo se sustenta por ti. La realidad es que al menos una vez, cada uno de nosotros ha deseado ser lo primero para alguien, y esa persona, sería como el Sol para la Tierra. Tú eres el centro del mundo, pero sin el Sol, no podrías vivir. Y eso, es así señores. 
Dime si no sería genial pensar que todos los atardeceres están dedicados a ti y a nadie más. Que las nubes salen si tu no sonríes, que el sol brilla si lo haces. Que las olas son el mar enfurecido por no poder estar a tu lado. Que los pájaros son la banda sonora de tu vida y que no hay una sola rosa en el mundo que no florezca para ti. Un mundo que se rinde a tus pies o tu rindiéndote ante el mundo. Elije. Pero piensa en lo bonito que sería levantarse cada día y pensar que el mundo se desvive por ti y no al contrario. 
Ahora, piensa que el mundo es uno para todos, pero que a veces puedes hacer de una persona tu mundo, y ese es solo para ti. ¿No sería bonito despertarte cada día sabiendo que te espera un 'Buenos días' o sabiendo que aun que las flores no florecen por ti, él vive para verte feliz?
Sal y camina, mira como a tu al rededor  todo va cambiando poco a poco y como te dejas llevar. Como respiras lo que el mundo te da, como ves lo que el mundo es, como sientes que nada es por ti, cuando en realidad, ahí a fuera, hay algo cada día que te impulsa a levantarte y no rendirte, y ese algo si es por y para ti. Algo que nada puede arrebatarte y que será, algún día, tu mundo e incluso tu vida. Sal, busca y encuentra. No te pares por que llueva y disfruta de la lluvia cayendo sobre ti. Imagínatelo: Tú y él, fuera, bajo la lluvia, sin paraguas, corriendo cogidos de la mano. La tierra tiene sus razones para hacer lo que hace y tú tienes las tuyas. Sabemos que el mundo no está ahí para nosotros, pero podemos hacer, que ciertos momentos que el mundo nos proporciona sean solo nuestros. 
Si hace frío, abrázale. Si llueve, abrigate a su lado. Si hace calor, deja que te quite la ropa. ¿Lo entiendes? Aprovéchalo. Convierte el mundo de todos, con sus climas y sus razones científicas en un mundo para ti, con tus cambios de humor y tus sentimientos. Convierte la física en tu química, la razón y la cordura en tus imposibles de explicar y en tu locura. Todo tiene una explicación. Justifica lo que haces con lo que sientes, y utiliza lo que sabes para hacerlo. 
Hoy, lo que el mundo haga, será para ti si tú quieres. 

martes, 13 de noviembre de 2012

Me pierden las malas compañías.


Lo reconozco, me pierden las malas compañías; que me prometa el cielo aun sabiendo que es todo mentira; que me sonría con esa cara de niño disimulando que ha hecho algo y me mire con esos ojos que dicen todo lo que él calla. De verdad, lo confieso, mal acompañada para mí, es mejor que sola. Echar de más, mejor que echar de menos. Mi abuela solía decir que, mejor que sobre que que falte y ahí lo tienes. Lo siento, pero esto es así, me pierdo, no por los peores, si no con ellos. Me pierde el hoy, ahora y aquí. No niego que desearía que el hoy de él fuese mi mañana, mi pasado mañana y así cada día que pasa; pero tampoco veo en ello un gran problema. Si él quiere hoy y yo siempre, puedo estar ahí cuando sea. 
Me pierde que la mala compañía venga y me abrace tan fuerte como pueda, que me haga cosquillas en la barriga sabiendo que me quedaré sin aire, y que me sonría con esa mueca perfecta que dice exactamente "Lo único que quiero es a ti". No me importa que fume, mejor que huela a humo o hierba que al perfume de  otras tías. No me importa que me ignore de vez en cuando si después me acorrala en su cama durante horas: 
Quiero un chico que, aun que malo, me deje su chaqueta cuando tenga frío. Que me intente mentir, pero que no pueda. Que me quite toda la ropa para verme caminando por su casa solamente con una camiseta suya. Que me de el calor que siempre me falta. Que me incite a ser mala, pero que no me deje, porque lo que más le guste de mi sea mi dulzura. 
Es muy simple. Si los polos opuestos se atraen, ¿a qué estamos esperando? Tú malo y yo buena. Tú el mismísimo diablo y yo un ángel. Tu vas de listillo y yo soy una ingenua. Tu mientes y yo te creo. Más claro agua. Tu eres para mi, como yo soy para ti. Como tu eres mi mundo, y el mundo es todo tuyo. 
Lo reconozco, me pierden las malas compañías. No puedo evitar caer en la tentación. No soy fuerte. Solo caigo. Caigo por y para ti. Porque aun que eres lo peor, para mi siempre vas a ser tú y punto. Lo mejor que tengo, lo que quiero. Mi mala compañía, el diablito que me lleva al mal camino, pero que luego me devuelve al mío. Y es que cuando estoy contigo soy felicidad pura y dura, y cuando no, soy la felicidad esperándote impaciente, para que me pulas. Para que me lleves al cielo que me prometiste. No cumples tus promesas de repente, lo haces poco a poco, un poco cada día, a tu manera. Tu manera, esa es mi preferida. Que me prometas un para siempre y cumplas un mientras estemos estaremos disfrutando cada instante.

viernes, 26 de octubre de 2012

I BROKE DOWN.


A día de hoy todas las sensaciones están gastadas. Están vividas,viejas, raídas, estropeadas, perdidas.... Perdidas en la inmensidad de no poder revivirlas una y otra vez como si siempre fuese la primera. Sabes que perdiste la inocencia de un niño cuando perdiste la ilusión; sabes que creces cuando ya no todas las sensaciones son geniales.. Hay millones de sensaciones, pero una buena parte de ellas son detestables. Son negativas, duras de sufrir, jodidas ¿sabes? Creces y las sensaciones crecen contigo, pero según vives las vives y según las usas, se gastan. De pronto te despiertas un día y te das cuenta de que todo lo que te queda es dolor, pena, culpa...Todo lo que un día fuiste, ha dejado de ser. Se acabó. Me levanté una mañana y no podía ver más allá de todo lo que había sido, más para mal que para bien. y entonces me di cuenta de que tenía tan solo dos opciones: Seguir adelante, luchar por lo que era, por lo que había logrado,por lo que era realmente en ese preciso instante o derrumbarme, hundirme, caer y no levantarme. Pero como todo, esto no era o una cosa o la otra. No era un si o no. Era un "hoy me he levantado con ganas de mirar hacia delante" y al día siguiente un "me levanté y ni siquiera sabía porque tenía tantas ganas de volverme a la cama". Totalmente, era una absurda lucha entre el presente y el pasado. Entre las ganas de seguir y las de quedarme. Cada día que pasaba era un día más de pasado, una oportunidad más para caer y una menos para tirar hacia delante. Cada segundo perdido no importaba. Solo importaba el ayer. Una vida sin sentido ¿no crees? Avanzar para irse quedando cada vez más atrás... Todo o nada. La dura lucha entre lo que fui y lo que debí haber sido. Lo que quise ser y lo que en realidad fui. Todo lo que conseguí y todo lo que perdí. Todos los esfuerzos por no perder nada más contra todas esas ganas de desaparecer sin tener que dar explicaciones. Todo lo bueno y todo lo malo. Todas esas personas que estuvieron ahí y las que me habría gustado que estuviesen. Todas las personas en las que decidí creer y todas las que me fallaron. A día de hoy sé que, no hay más razones que el carpe diem para que todo pasase como pasó. No puede uno pensar en lo que pudo haber sido, porque a base de "y si hubiese.." e "y si no fuese así..", uno no vive. Yo quiero vivir del hoy, del justo instante de cada momento. quiero seguir, dejar atrás los meses que ya pasaron y no recordar que fueron buenos y ahora, todo es vacío sin él. Porque al final, acabaré arrepintiéndome de vivir la vida sin él, cuando tendría que aprender a vivirla con él, pero de otra manera. Con más personas. Quizá en su lugar, se ponga otra. Pero si cada persona deja un vacío tan grande...Yo no podré soportar ese enorme agujero negro en mi interior. Tan solo tengo que aprender a echar en falta cuando deba y a olvidar cuando corresponda. No todos merecen tener un podio en esta vida. Porque vida solo hay una, y si no puedo vivirla con él, puedo vivirla con otro cualquiera que, aun que solo sea un mínimo, me quiera. Puedo vivirla con el gusto de saber que cuando mire atrás no veré una cuerda sujetándome, si no que veré miles de cosas gritándome que siga adelante. Que los recuerdos están ahí, para pensarlos, no para revivirlos durante le resto de mi vida. Para recordarme que vivir atrapada en lo que ya pasó, no es vivir, es subsistir. Es casi como si no estuviese aquí...entre hoy y mañana. Es vivir entre el ayer y la semana pasada. Entre los primeros años que desearía cambiar y los que no conseguí nada. 

martes, 23 de octubre de 2012

No todas las preguntas se contestan con si o no.


No busco en absoluto romper corazones, ni andar con todos y con ninguno. No tengo respuestas para todo en este momento. No puedo decir si o no, con frecuencia solo puedo decir puede... No puedo decidir. No tengo la cabeza fría. Tengo frío sin ti, pero no es lo mismo. Te echo de menos, pero ya no sé si la respuesta a un te quiero va a ser otro, ¿entiendes? Si hoy me preguntasen si realmente sigo queriéndote, la respuesta sería algo como "supongo que si" y la verdad es que sería un si, queriendo convertirse en no. No todo es contigo o sin ti, pero ojalá todo fuese contigo. Si tuviese que contestar a algo sobre ti, probablemente dudaría, pero estoy segura de que las respuestas serían si, si, si, puede y no si las preguntas fuesen ¿le querías?, ¿le echas de menos?, ¿volverías con él?, ¿le sigues queriendo? y ¿crees que sería bueno para ti ahora mismo?, respectivamente. Pero y ¿qué hay de todo lo que fuimos? y peor aún, ¿alguien de verdad cree que estoy bien estando sin él? Hace tiempo que debí haberlo asumido, pero no sé si es que me niego o que no puedo, porque sigo aquí, como si nada hubiese pasado. Si tuviese que dar una sola razón para que todos entendiesen porque mejor con que sin él, es que si yo he logrado perdonarle y quedarme con las cosas buenas y no con la única cosa que ha hecho mal, ellos deberían alegrarse, se supone que hablamos de mí, y si yo puedo perdonarle, ¿por qué ellos no? Supongo que responderían que me quieren ver bien y con él no lo estaría, que se preocupan por mí, que vieron como era antes y como soy ahora...pero de eso va la vida, de cambiar. Nada permanece igual, jamás. Puede que los cambios no gusten o que sean malos, pero hay que aceptarlos. 
A día de hoy, sigo preguntándole cada noche al karma que hice mal, pero se ve que él tampoco encontró la respuesta aún. Nacemos y según crecemos y decidimos, nuestro destino va cambiando. Supongo que mis decisiones me llevaron a él, y que estas mismas nos alejaron. Dimos pasos a un mismo lugar, pero estábamos de paso supongo. Los pasos, poco a poco, también se desvían, y los caminos se separan. Y las vidas siguen. Y lo único que yo sigo haciendo es quererle. Echarle en falta. Pensar en todo aquello que no hemos podido hacer, en los momentos que algún día olvidaré, pero que hoy, son los más grandes. 
Damos por hecho, que en la vida, unos nace, crece, se enamora, lo pierde todo, encuentra otro amor y vuelve a fallar, y creemos que cada desilusión a día de hoy, es una menos mañana, que cada exnovio que tenemos estamos un desamor más cerca del amor de nuestras vidas. Pero quizá creamos mal y no todos y cada uno de nosotros esté hecho para otra persona. Quizá haya alguien para quien no hay otro alguien, porque quizás en su momento tomó una decisión que lo apartó, quizá el destino ni siquiera exista y todos lleguemos aquí por casualidad, y por casualidad vivimos y por casualidades de la vida, irónicamente, morimos. Y aun que todos deseamos morir en compañía. Puedes morir rodeado de gente y en realidad, por el simple hecho de que la persona que siempre has querido no ha llegado, estar muriéndote más solo que la una. 

domingo, 21 de octubre de 2012

Otro diez sin ti.


Me he pasado la vida contando días. Para mi cumple, para las vacaciones..para tonterías que me hacían feliz. Me he pasado dieciséis años y nueve meses sin ti. No había una fecha, no había un nosotros. No estabas tú, solo yo. Y hoy vuelvo a estar solo yo. Pero cuento, cuento días sin ti. Te recuerdo el día diez de cada mes, aun que solo hemos pasado un diez juntos. No has dejado que llegase el segundo, pero sigo esperando que algún día llegue. Cada diez, pienso en los meses que llevaríamos juntos y entonces me doy cuenta de las discusiones que me estoy perdiendo, de los grandes momentos que quería vivir contigo, pero que no han podido ser. Me acuerdo cada diez, de todo lo que significaste, de todo lo que suponías para mi. Pero también me voy dando cuenta, diez a diez, fuera de lugar, de que cuanto más tiempo te espero, más tiempo pierdo. Me doy cuenta de que quizás para ti, no he sido más que un vacío que no conseguí llenar. Ahora, yo tengo un vacío también, pero, lo cierto es que espero que alguien lo llene aunque solo sea la mitad, porque los diez al final, solo serán un día más en los calendarios. 

jueves, 23 de agosto de 2012

Burnt it up and get rid of, it flown.


Todo lo que tengo que hacer hoy es sonreír. No borrar recuerdos, pero si almacenarlos. Deshacerme de todo aquello que hace que duela, que hace que no te vayas de mi cabeza. Todas las fotos son buenas, pero en este momento no debería verlas. Todos los besos han sido perfectos, todas las discusiones, todo el tiempo, los paseos, la playa, el sol, las noches en vela. Pero hoy, es momento de seguir. De olvidar por un tiempo, hasta que los malos recuerdos sean buenas anécdotas, hasta que el primer amor sea el último en importar.  Voy a pasar página, cambiar de libro y escribir otra historia, porque más vale sola que mal acompañada. 
Empezaste por serlo todo y acabaste por no ser nada. Como un cigarrillo sin fumar, y las cenizas de uno acabado. Tú eres eso. Es dífícil dejarte, pero tengo suficiente fuerza de voluntad. Puedo tener mono y acordarme de ti, pero eso no va a hacer que vuelva a caer. Puedo ponerme borde con todos, pero ellos me quieren y volverán. Puedo ponerme triste, pero quien de verdad ha estado ahí siempre, me alegrará. 
No tienes que preocuparte por mi, porque yo puedo cuidarme solita y con ayuda de quien si me quiere. Preocúpate por ti, porque vas rompiendo las promesas que tú mismo ruegas a los demás, olvidas tus discursos de fidelidad y sinceridad, mientes como más odias hasta el último segundo, sobrepasas los limites del orgullo, haces que todo lo bueno del principio sea lo malo del final...
Tienes el extraño don de desconfiar de quién confía en ti con su vida. Yo, yo puse la mano en el fuego por ti y tú jamás lo harías por mi. Me gusta jugar con fuego, dicen. Pero esta vez me he quemado. 
Has sido lo mejor y lo peor que me ha pasado. Los mejores y los no tan buenos dos meses de mi vida. Otro punto y a parte, otro final, pero con despedida. Has sido la primera discusión de cada una de mis mañanas y la última de cada día. El primer 'buenos días' pero, jamás fuistes ni serás, mi último 'buenas noches', porque no me has dado buenas noches, si no malos días. 
Te quiero, pero ahora es tarde. Tengo que irme. No voy a ser otra estúpida más de esas que se quedan atrapadas en un libro viejo y usado, en una historia sin sentido, en un yo te quiero y tu me usas, en un hacemos lo que tú quieras cuando tú quieras, en un hoy te quiero y mañana no...Porque hoy te echo de menos, pero mañana es otro día. Mi vida es hoy y será mañana, pero nunca será ayer. Y no voy a permitirme hundirme, porque los pozos tan fondos no tienen salida. 
Te quiero, pero has sido tú quien ha dejado de quererme o quizá él que nunca me quiso como dijo. Algún día me darás la razón y acabarás echando de menos lo que un día echaste de más. Algún día te darás cuenta de que pierde más quien deja que quien es dejado. Quien miente que quién es engañado. 
Puede doler más sufrirlo que hacerlo, pero el tiempo pone a cada uno en su lugar. Y el tiempo no espera por nadie. Sigue adelante. Todos deberíamos hacerlo. Carpe diem. No mires atrás porque solo verás lo que fue y lo que pudo haber sido...y no vale de nada torturarse por lo que hiciste o por lo que no has hecho. Preocúpate por lo que harás o dejarás de hacer, por los errores que cometerás y las consecuencias que tendrán, a donde te llevarán. Preocúpate por todo lo que te queda por aprender y no por lo que has aprendido. El pasado es un problema resulto. La solución está en tus propias manos. Algún día la verás. Sé paciente y consciente. 

martes, 7 de agosto de 2012

-It ends tonight-


Y aun que ya no estemos juntos como antes, me seguiré acordando de ti cada veintitrés y veintiséis de mayo, y por supuesto cada diez de cualquier mes, pero más aun, cada diez de junio. 
Es difícil olvidarse de algo tan grande, porque dicen que quienes se pelean se desean, que se consume más energía discutiendo con la persona a la que quieres que haciendo el amor con alguien a quien aprecias, y ¿sabes? Nunca voy a olvidarme de mi primer beso romántico, porque has sido tú quien me lo ha dado. Va a ser imposible olvidar la noche del veintiséis de mayo, porque nadie se habías esforzado tanto por mi. Nadie me paró en las escaleras para besarme. Nadie llegó tan lejos. Porque tú si me has calado hondo.

10.06.2012 - 7.08.2012

sábado, 4 de agosto de 2012

MÁS QUE A NADA.


4 de Agosto del 2012
Sanxenxo, Pontevedra

Querido S.P.V: 
Hoy tampoco soy Anna Moyer, hoy escribo yo, Andrea. Y te escribo a ti, por quinta vez, porque siento que te lo debo. Escribir es la única buena manera que tengo de demostrarte como soy, como me siento ahora, sin tenerte justo delante de mi. Sin tener en cuenta los abrazos y los besos. Solo te pido que olvides la razón por la que me disculpo y que leas hasta el final. 
No sé muy bien como empezar, ni como voy a terminar, pero sé que en todo esto habrá disculpas, arrepentimiento y culpa, mucha culpa en mi... Jamás te podría echar la culpa de esto, aun que a veces creas que es lo que pretendo. 
¿Sabes? En años, eres lo mejor. Todos han ido buscando príncipes azules y conformándose con poco, porque ese poco lo era todo para ellas. Yo, siempre negué querer un príncipe azul, y ahora que lo tengo, que lo quiero, estoy a punto de perderlo. Es difícil ver como esto está pasando, porque al principio no eramos más que discusiones cada día, y ahora que comenzábamos a ser calma, yo he provocado la tormenta, pero más fuerte que nunca. 
Nunca entendí que alguien lo fuese todo sin ser casi nada, hasta que te conocí, porque cuando estoy contigo, es como si no necesitase más. Y ahora no sé que haría sin ti, me he acostumbrado a pasar las horas de mis días hablando contigo, y ahora diga lo que diga, las palabras no te llegan como antes. 
Hace falta mucho tiempo, mucha paciencia, mucha valentía,..,para aguantarme, y tú la has tenido en estos sesenta y nueve días que han pasado desde el primer beso. Pero supongo que todo tiene su límite y yo lo he sobrepasado. 
Siento que las cosas sean así ahora, siento no poder haber sido como hubieses querido. Siento decepcionarte, fallarte, romper las promesas que debía haber cumplido...no te lo mereces. No mereces esto y sabes que lo sé. 
Lo siento, pero tú sabías que soy una niña, una estúpida niña, asumiste riesgos, y ahora los estás pagando. Pero esta niña te quiere, se arrepiente y llora porque lo siente. Y tanto que lo siente... 
No sé que ha pasado, no necesito a nadie que no seas tú en estos momentos ni en ningunos otros, pero es demasiado tarde supongo, y no quiero perderte. 
Hemos perdido la confianza, hemos perdido la credulidad, y tu no me has perdido a mi, pero yo a ti si...Puede, que me perdones o que no, pero yo creo en ti, creo en esto, y aun que tu ya no me creas como antes, sé que entiendes a que me refiero. Creo en el amor, y creo en el nosotros que había hasta hace un par de días. Puede que me lleve tiempo cerrar las heridas que abrí, pero valdrá la pena. Siempre que se trate de ti, el tiempo no me importa, ni lo que cueste, porque lo bueno se hace esperar y si cuesta es que es bueno de verdad. 
No creo que esto sea un final, porque puedo seguir luchando, sé que puedo demostrarte que te quiero, que nada ha cambiado, que lo siento, que no volverá a pasar, que jamás habrá otro mientras estés tú. Y si lo puedo demostrar, es que es cierto. ¿Crees en mi?
Sé que no soy perfecta, porque la perfección no existe como único factor. Todos cometemos errores. Yo he cometido el mayor error de mi vida. Pero rectificar es de sabios y eso es lo que intento. Porque no soy perfecta, pero tú eres perfecto para mi. Porque podemos serlo juntos.
Pase lo que pase, te quiero, te quiero aquí, te quiero en cama, en el salón, en la playa, a mil quilómetros de mi; te quiero enfadado, sonriendo, llorando, bailando, incluso bailando con otras, te quiero de todas las formas posibles que una persona puede querer a otra. Y yo no sé si eso es bueno o malo, pero es lo que es.
No puedo mirarte a los ojos si estás enfadado y no sentirme la peor persona del mundo...Y es que tú haces que todo lo que siento sea grande, y si no puedo estar contigo, yo ya no se si quiero estar con nadie.
Lo siento, perdón por todo lo que te he hecho pasar, me arrepiento aun que no sirva de nada, me siento fatal, me siento culpable, me siento como si ni yo misma me fiase de mi ahora, como si me hubiese decepcionado a mi misma porque me he saltado todas las promesas que nos hicimos y todas las que me hice a mi misma, me he convertido en lo que más he odiado toda mi vida, en menos de un minuto he perdido todo lo que logré en meses, menos la esperanza y las ganas de ti. Pero necesito que creas en mi, porque no hay yo sin ti. Porque sin ti, esto no es nada, porque aun que no creo en los planes, tenía grandes días planeados para nosotros, grandes ideas. Todos mis ideales están contigo. Y sin ti, no hay nada más. Sin ti, ya no puedo ver un futuro. Porque mi futuro eres tú, sea donde sea. Porque pase lo que pase, yo no sé si voy a poder ver más allá de ti ahora. 
Es por ti, por quien aprendí que la sinceridad lo es todo. Es por ti por quien descubrí que querer es algo muy grande. Es por ti, por quien supe que nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde, y espero que no sea demasiado tarde para recuperar lo que nunca debí perder. 
Perdóname, porque si no lo haces tú, yo no lo haré en la vida. Perdóname, porque ansío una segunda oportunidad para poder demostrarte quién soy, quien soy de verdad, quien soy cuando estás conmigo y quien seré mientras no te vayas de mi lado. Perdóname, porque no voy a volver a olvidarme de mis promesas, y yo te prometo todo lo que quieras. Perdóname porque te quiero y perdona si esto está siendo duro, pero quererte es lo mejor que me ha pasado. Perdóname porque todas las razones que yo pueda darte, no serán más fuertes que el amor jamás. Y si me quieres, perdóname. Porque te necesito, necesito que me perdones, que me mires a los ojos y me digas que todo va a estar bien, que me perdonas de corazón, como de corazón me quieres; necesito saber que vas a estar ahí, conmigo, siempre. 

P.D.: Te quiero, y no me cansaré de repetirlo, mientras tú estés ahí para escucharme.


martes, 31 de julio de 2012

nadie deja de existir.


Dicen que cuando alguien se va, se olvida y al final, es como si nunca hubiese existido...Pero yo no me lo creo. Alguien puede irse, pero tú sigues pensandole. Nadie desaparece, nadie deja de existir, porque aunque solo sea un segundo al día, le recuerdas y eso le hace volver un poco... Piensas que odiar es una forma más de dejarle ir, pero si le odias es porque le consideras importante. Si no, ni siquiera te molestarías en emplear horas de tu vida en un sentimiento tan fuerte como odiar. Puede que vuelva o puede que no, aun que se haya ido, dime que para ti no es como si volviese cada noche para que no duermas sola, porque sabe que sueles tener pesadillas; dime que no es como si siguiese ahí cada vez que recuerdas vuestras estúpidas discusiones; dime que para ti no sigue ahí a cada rato....como si nada hubiese pasado. Como siempre, como antes. Sabes de sobra, como yo lo sé, que deseas que vuelva, aun que solo sea para darle un abrazo más de entre tantos que le has dado, un último beso, una buena despedida... Darías todo por volver a escuchar que te quiere, pero eso ya no pasa, lo único que pasan ahora, son las páginas de un libro que no quieres cerrar, aun que ahora esté en blanco..y dices que no es justo,pero eso ya lo hemos pasado todos. No olvides que son etapas y nadie se las salta. Tienes que seguir, nadie te dice que tengas que olvidarle, solo tienes que pensarle como pasado, porque realmente él no va a volver, le puede el orgullo...seguramente lo esté pasando mal, te echará de menos, pero jamás se permitirá rebajarse, y eso fue lo que os mató. Dime, prométeme, que vas a estar bien, que aun que sigas recordando, no vas a llorar al hacerlo. Sé que han sido muchos atardeceres tumbados juntos, muchas noches de mentiras a vuestros padres solo para veros, muchos horas tiradas mirándoos sin decir nada, lo sé. Sé que ha sido todo, y sé que seguirá siéndolo, porque esa confianza no se va a terminar, nunca. Sé que podrías verle ahora y después de gritarle porque estas enfadada acabarías abrazándole, llorando, se te correría el rimel, pero no te importaría, porque todo lo que pasaste con él, no lo vas a volver a pasar con nadie. Supongo que eso te da miedo, porque nadie es como él, y quizá nunca vuelvas a querer de ese modo. Debes aprender que en la vida, tendrás más oportunidades, y cada una que pierdas, no volverás a tenerla, jamás. Creo que deberías salir a la calle sin tener miedo a cruzarte con él y que vaya cogido de la mano con otra, esa mano que tú nunca quisiste soltar, pero has tenido que hacerlo. Sal y disfruta, porque tu también puedes. No tienes que hundirte, nada, nada sin parar, porque el esfuerzo lo es todo. Esfuérzate, no en olvidarle, si no en verle de otro modo. sal, conoce gente, y no me digas que ninguno será como él, porque no es eso lo que debes buscar. La otra opción es que seas fuerte y le llames. Dile que quieres verle, pero no llores. Arranca esas paginas del libro, porque pasé lo que pasé, eso no volverá a pasar, no se puede volver atrás, y gracias a dios, tampoco podemos borrar esos momento, porque eso, eso si sería el mayor error de nuestras vidas. Todo lo malo tiene algo bueno de fondo, y si ese algo bueno te importa, has de aprender a que lo bueno y lo malo convivan en ti, no tienes que aceptarlo, solo asumir que es así. No tienes que estar de acuerdo ¿vale? Solo piensa en todo lo que te pierdes quedándote en casa. Todos los días sale el sol, querida. Y el tiempo no espera por nadie.